Autoestima
SERENDIPIA
Serendipia, suena raro, porque no es una palabra habitual en nuestro vocabulario. Intenta pronunciarlo: serendipia, serendipia, sí, hay que repetirla unas cuantas veces para que corra como la seda en nuestra mente. Es un término relacionado con la adquisición de conocimiento, tanto externo como interno y se define como el proceso accidental e inesperado por el cual descubrimos algo que en realidad no estábamos buscando.
Klimovsky , matemático y filósofo argentino, se refería a ella como “hallazgo”, otros hablan de suerte, potra, chorra, chiripa, casualidad, fortuna, azar … la realidad va más lejos. No es algo pasivo, como sacarse la lotería. Es un proceso activo al que nosotros si que podemos contribuir. No somos meros espectadores esperando que pase, por que tiene que pasar. Interviene la suerte, pero como dijo Orison Swett Marden, pionero en libros de autoayuda, la suerte no es más que la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables, y si algo tiene la serendepia es que es una habilidad, por lo tanto con trabajo y dedicación puede ser adquirida o incrementada.
Por si quedara alguna duda, me gustaría aclararla con dos ejemplos muy interesantes.
El primero es el caso de Horace Wells, un norteamericano que tuvo la “suerte” de estudiar odontología. Un “afortunado” día, decidió ir al circo, y uno de los números consistía en liberar entre el público un gas “mágico” que producía risas entre el público, y el “azar” continuo soplando para Mr. Wells, porque un espectador que estaba bajo los efectos del gas recibió un golpe y sorprendentemente no mostró signos de dolor. Mr. Wells, no pasó por alto tal acontecimiento y decidió estudiar el gas y sus propiedades anestésicas. Hoy día conocemos el gas con el nombre de óxido nitroso. Es un anestésico reconocido, que combinado con oxígeno a veces se usa para ayudar al paciente a relajarse durante las intervenciones dentales.
El segundo caso es popularmente conocido, el enunciado de la Ley de gravedad por Sir Issac Newton, que según cuentan, si es verdad que pasó así, una noche después de cenar se fue a dar un paseo y una manzana cayó de un árbol, un hecho fortuito, pero que llevaba sucediendo durante toda la historia de la humanidad, así creo yo, y Newton, que ya era un matemático que prometía, se preguntó “por qué las manzanas siempre caen perpendicularmente a la tierra?, y ¿por qué no cae la luna?”, y tras un largo trabajo enunció la famosa ley.
¿Qué une a Mr. Horace Wells y a Sir Issac Newton?, ¿qué habilidad tenían ellos para llegar a donde llegaron? Si usted, querido lector, es tan suspicaz como me imagino, ya lo sabe: Serendipia.
Vamos a permitirnos ahora diseccionar la serendipia, para así iniciar el camino del aprendizaje que aumenta nuestras habilidades como seres humanos, mejorando el conocimiento de lo que nos rodea y de nosotros mismos. La serendipia sería partícipe de los siguientes elementos:
La sagacidad es una capacidad analítica que relaciona aspectos diferentes para encontrar un vinculo entre ellos. Kant la compara con el olfato de los perros de caza, pero en este caso lo que rastrea es la verdad.
Es la constancia en las acciones. No importa cuan dura y difícil sea la tarea, quien persevera siempre está ahí. No flaquea. Se le puede aplicar la frase de Miguel de Unamuno, “El modo de dar una vez en el clavo es dar cien vece en la herradura”.
Es un mecanismo psicológico que tiene el efecto de impulsar a los individuos a buscar información.
Hay muchas personas que abandonan su mente. Tienen una vida superficial. Vivimos en la era del fitness, de los videojuegos y de la tecnología, pero nos estamos apartando del musculo del yo, del cerebro. Tenemos que buscar intereses intelectuales, así como la pretensión mental de mantenernos en el camino de la evolución como humanidad.
Hace referencia a la capacidad de captar mediante los sentidos las señales exteriores, para formar o construir una impresión consciente de la realidad. Según está definición la percepción es un proceso activo donde la impresión que forma el sujeto en la mente no es un reflejo exacto del mundo exterior. Una mente entrenada o más atenta puede percibir más estímulos que otra que se encuentre más desatendida.
Está ligada a la percepción, pero se focaliza en aspectos concretos. Quien observa mantiene la atención en un determinado objeto o fenómeno escudriñandolo, captando detalles particulares. La observación es el proceso que fija la atención. El que observa ve lo que para otros está oculto.
En este contexto nos referimos a la flexibilidad cognitiva. Hablamos de la capacidad de adaptar nuestro pensamiento a situaciones cambiantes y diferentes a las que son habituales. Una mente flexible admite posibilidades que una mente rígida es incapaz de concebir o aceptar. La mente flexible no desprecia lo imprevisto, considerándolo inaceptable.
Es uno de los elementos esenciales en la definición de serendipia. Es una variable que parece la más incontrolada, y en verdad lo es, pero no debemos omitir que aquellos que la buscan tiene más probabilidad de encontrarla. Pasteur decía, “La fortuna favorece a la mente preparada” .
Es uno de las facultades más maravillosas del ser humano, porque es aquella que produciendo ideas nuevas convierte lo imposible en posible, trayendo soluciones a los problemas.
Cuando hablamos de emociones en consulta los paciente nombran la tristeza, el miedo, la rabia y hasta la alegría, pero nadie recuerda la sorpresa. Es una emoción breve, que es provocada por lo inesperado. Para algunos investigadores se confunde con el miedo (expresión facial), para otros demuestra lo contrario. Smith y Ellwort, 1985, en un estudio evidenciaron que a las personas que se les pedía que recordaran sorpresas, presentaban más evidencias agradables que desagradables. La sorpresa es una señal, ante ella debemos pararnos, indagar y reflexionar sobre aquello que nos ha sorprendido.
Nuestro entorno debe ser un elemento de apoyo. Si buscamos constantemente la aprobación social, seremos presa de sentimientos de temor al fracaso, de la humillación y del descrédito.
Los errores no son despreciables. Son la base para llegar más lejos en el siguiente paso. Su análisis se convierte en el combustible del siguiente salto.
No despreciar nada, toda alternativa, aunque se escape de nuestro universo de lo razonable puede aportarnos ideas nuevas o abrir prometedores caminos.
Esta es una capacidad muy controvertida. Para unos es una facultad que el ser humano no ha terminado de desarrollar, para otros es la forma en que habla Dios, pero para la ciencia cognitiva, la intuición es la capacidad de llegar a conclusiones concretas a partir de una escasa información en poco tiempo.
Según, Gerd Gigerenzer, reputado psicólogo alemán, la intuición es la inteligencia del inconsciente, y procede de habilidades evolutivas que permiten obtener soluciones fáciles a problemas complejos sin que un exceso de información bloque nuestra mente impidiéndonos tomar una solución racional. Muchos autores señalan que la intuición podría serla solución inconsciente a problemas conscientes. La ciencia tiene todavía mucho que averiguar a este respecto, pero no es despreciable que de vez en cuando nos preguntemos por lo que dice nuestra intuición y comprobemos que tal fiable puede llegar a ser.
Según el diccionario, es tratar de llegar al conocimiento de una cosa reflexionando sobre ella o por conjeturas y pruebas.
Para concluir debemos tener presente que para que se produzca el fenómeno de la serendepia se deben dar dos condiciones:
Lo que nos involucra en este asunto, es que debemos tomar consciencia de la existencia de este fenómeno y que, por medio del crecimiento personal, podamos incrementar esta facultad desarrollando los principales componentes que la sostienen.
De la misma manera que Wells yendo al circo o que Newton dando un paseo, y por tener una mente entrenada en serendipia, también el fomento de esta capacidad nos lleva al crecimiento interior, estando atentos a nuestro yo interior y a nuestras ideas. Sin desperdiciar ni una.
Los pensamientos surgen en la mente como estrellas fugaces, que atraviesan el cielo de las neuronas. Es curioso como hay personas que atrapan ideas y no las sueltan, siendo a veces estas rígidas, desadaptativas y dolorosas. Son ideas que se convierten en un remar contra corriente . Estamos entretenidos domando ideas-monstruo, a la vez que estamos dejando pasar ideas-cometas que nos llevarían a mundos más prósperos, a un yo más feliz. Serendipia, ya es más fácil de pronunciar, ya sabemos lo que es, ahora toca practicarla. Piensen en ello.
Soy un barco en el océano.
Calma chica,
no hay olas, no hay viento.
Tengo el rumbo fijado,
Sujeto estoy al timón,
velas desplegadas
ancla izada.
Siempre listo,
Siempre a la espera
de ese viento caprichoso
que llaman azar.
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