Uncategorized
RELACIONES TÓXICAS
RELACIONES TOXICAS

RELACIONES TÓXICAS

Contenido del artículo:

Necesito alejarme de ti

La distancia, a veces, es la felicidad

Nuestra vida gira en torno a las relaciones, a todo tipo de relaciones: amorosas, sociales, familiares, laborales… éstas son las que determinan nuestra vida. Sin embargo, no todas las relaciones que tenemos son las más acertadas, aunque muchas veces no nos demos cuenta podemos estar embarcados en una relación tóxica.
Por norma general, la persona o personas implicadas en este tipo de situaciones son las últimas en darse cuenta de lo que está sucediendo, ya que los involucrados tienden a normalizar ciertos tipos de situaciones, haciendo caso omiso a las advertencias de familiares o amigos.
Hay muchos motivos que enmascaran la realidad y que nos hacen ser incapaces de percibir con claridad lo que está ocurriendo, por lo que las consecuencias de este tipo de comportamientos tienen repercusiones negativas para nuestra vida privada.
Nos referimos a relaciones tóxica, cuando hablamos de aquellas relaciones que nos hacen sentir mal con nosotros mismos, que alteran nuestra personalidad haciendo cambiar nuestros gustos o costumbres, o incluso aquellas que pueden cambiar nuestra personalidad. Esto sucede de forma paulatina y sin apenas darnos cuenta, es por eso que cuando somos conscientes de lo que sucede nos cuesta mucho romper con esa relación, ya que se ha convertido en parte de nuestra rutina diaria, puede ser incluso, ya, una necesidad. Nos vemos incapaces de poner FIN a la relación.
Normalmente estas situaciones se producen cuando una persona es dominante o sumisa, o también al surgir problemas de comunicación, manipulación, mentiras o chantaje.

¿En qué situaciones se puede caer tener relaciones tóxicas?

Existen varios motivos por los que se cae en una relación tóxica, como por ejemplo:

  • La creencia de que no podemos sobrevivir sin la otra persona y el sentirnos desamparados con su ausencia, lo que se denomina tener baja autoestima.
  • Creernos que somos los únicos capaces de reconducirlo hacia el buen camino, ya que sin nosotros estaría perdido.
  • Estamos supeditados a sus palabras y llegamos a creer que nadie más nos puede querer como esa persona o que nos merecemos esa situación.
  • Necesitamos cariño y se lo exigimos a la otra persona, porque nosotros mismos no somos capaces de gestionarlo.
  • El miedo a la soledad hace que muchas veces nos aferremos a alguien, aceptando cualquier tipo de relación, a pesar de que sabemos que no somos felices. Esta es la más usual.
  • Temor a salir de nuestra zona de confort, o como dice el dicho “más vale malo conocido que bueno por conocer”, esto se produce cuando nos aterra abandonar algo para lanzarnos hacia nuevos retos.

Muchas veces tendemos a pensar que las relaciones tóxicas sólo se dan en las parejas sentimentales, pero no es cierto, hay un amplio abanico de posibilidades para este concepto, como son los familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc. No siempre es fácil detectar a una persona tóxica, aunque tienen algunos rasgos que las delatan, como por ejemplo:

  • Son personas egocéntricas, sólo miran por su beneficio.
  • Las quejas y el pesimismo son constantes en todos los planes.
  • Les gusta ser el centro de atención y asumen el rol de víctima.
  • Una de las características más comunes es que son personas envidiosas, lo que conlleva a no alegrarse por los logros de los demás. No son felices con su vida y por lo tanto tampoco quieren que los demás lo sean.

En lo que respecta a las relaciones de pareja, resulta un poco más complicado poder poner punto y final, en muchas ocasiones puede llegar a ser destructivo para la persona, ya que es frecuente caer en la dependencia emocional. El problema de las relaciones tóxicas sentimentales es que muchas veces se normalizan situaciones y comportamientos porque es a lo que nos hemos ido acostumbrando a lo largo de la relación, pero hay muchas actitudes con las que se puede detectar una relación tóxica, como por ejemplo:

  • Que a tu pareja le moleste que pases tiempo con tu familia o amigos, o incluso que se enfade si hablas con una persona del sexo opuesto.
  • Tienen especial interés en controlar tu vida, desde tus gastos personales, el móvil, redes sociales, horarios de clase, trabajo…
  • Te cuestiona todas tus decisiones y se mete con tu forma de actuar y de vestir. Además, siempre está buscándote fallos.
  • Hace planes sin pedirte opinión.
  • Tus problemas para él no son importantes y siempre trata de quitarles importancia.
  • No acepta que tengas confidencias con otras personas sin que él lo sepa. Y a la hora de discutir siempre le das la razón para que no se enfade.
  • Te compara con otras parejas sexuales, o bien, tu accedes a mantener relaciones para que no se enfade.

Para poner punto y final a todas las relaciones tóxicas tenemos que tener en cuenta muchos factores, uno de los más importantes es establecer unos límites de privacidad para cada uno, ya que la libertad de acción, pensamiento y actitud es esencial para poder desarrollarnos como personas.
 
Otro aspecto fundamental es la comunicación, ya que de esta manera podremos hacerle entender a la otra persona cómo nos sentimos y qué necesitamos, de la misma manera que también ellos pueden hacernos saber sus temores o sus carencias.  Cuando una relación nos hace infelices es mejor finalizarla, como dice una famosa frase : “Y si te digo adiós no es porque no te ame, es porque un día me di cuenta que te amaba tanto que dejé de amarme a mí”.