Crecimiento personal
¿En qué etapa de tu proceso de cambio te encuentras?
¿Te has planteado alguna vez en qué consiste un proceso de cambio? ¿qué hace que no alcances los objetivos y cambios que necesitas?
Romper con las viejas costumbres negativas, adquirir un hábito, salir de tu zona de confort o lograr un objetivo en la vida, no es una tarea nada fácil, implica un proceso que con lleva diferentes etapas de cambio. Por mi profesión soy testigo directo de los proceso de cambios que se producen en las personas, sus dificultades y resistencias que con lleva.
Pero vayamos por partes…
Tarde o temprano, en algún momento de tu vida necesitarás aplicar un proceso de crecimiento personal.
Bien sea porque necesita cambiar un habito o introducir otro. Eso sí, los cambios pueden ser muy variados desde dejar de fumar o beber, comenzar a ahorrar, bajar de peso o conseguir un nuevo trabajo… Lo cierto es que cambiar es parte de la vida y de nuestro proceso de aprendizaje.
Cualquier tipo de cambio no ocurre de la noche a la mañana. Requieren tiempo, esfuerzo, dedicación, planificación y determinación. Aunque hay que resaltar que durante el periodo de cambio muchas personas se desaniman y abandonan sus objetivos. Y es que es importante saber en qué consiste los procesos de cambio.
Además, todo proceso de cambio necesita evolucionar a través de un proceso de etapas que tienen como fin la implementación de los cambios y aquí entra el Modelo Transteórico de Cambio (TTM)
Aunque antes de entrar en detalle te invito a que hagas un pequeño ejercicio con una herramienta de coaching, muy potente que te ofrece un balance de cómo va tu vida, llamada la rueda de la vida… Y comenzar a tomar consciencia sobre aquellos aspectos a cambiar….
En la década de los 70 se desarrollo el modelo transteórico por los investigadores James O. Prochaska y Carlo DiClemente que supuso toda una revolución, ya que ayuda a los pacientes a detener los comportamientos perjudiciales que impide el cambio.
Este modelo mide la disposición de las personas para cambiar y la probabilidad de que continúe en el proceso de cambio. Consiste en seis etapas que comienza sin el deseo propiamente de querer cambiar y termina con una etapa de mantenimiento en donde ya está implementada la nueva conducta y con ello el fin del cambio.
En este modelo el cambio ocurre gradualmente y se contempla las recaídas como parte del proceso de cambio. Muchas personas abandonan sus procesos de cambio porque tienen recaídas y no asumen esos baches como parte del proceso.
Es de vital importancia que las personas que se encuentren con la necesidad de un cambio sean conscientes de las distintas etapas de cambio. En mi experiencia profesional que las personas sepan cómo funciona les ayuda a situarse y entender gran parte del proceso de cambio.
Las seis etapas del proceso de cambio se denominan: (1) precontemplación; (2) contemplación; (3) preparación; (4) Acción; (5) mantenimiento; (6) terminación.
Esta etapa es curiosa porque básicamente la persona niega la necesidad de cambiar algo o bien, no considera que un cambio sea necesario. Se trata de esos momentos en lo que la persona tiene la convicción de que no le está sucediendo nada o no encuentra su comportamiento como perjudicial. Son los familiares, amigos que le hacen ser consciente de que existe un problema o que bien necesita ir a un profesional.
Las características principales son la negación y la ignorancia del problema. La persona se encuentra completamente alejada de su realidad.
Una de las cosas que puede hacer en esta fase consiste en tomar un tiempo para el análisis de si mismo y de tu conducta. Escribir un diario le permite a las personas ser más conscientes de su momento actual que dejarlo en el olvido.
Esta etapa se caracteriza por la duda. La persona comienza a cuestionarse si en realidad tiene un problema. Empieza a ser más consciente de su conducta problemática o de sus malos hábitos y comienza a plantearse un cambio. Comienza a hablar con sus amigos y familiares sobre lo que le pasa, e incluso les pide consejos.
En esta etapa la persona comienza a entender los beneficios de realizar un cambio, pero el esfuerzo, así como los cambios suene pensar más. Esta situación crea una gran ambivalencia y emociones en conflicto como puede ser la sensación de miedo e incertidumbre con la sensación de satisfacción si llega a producirse el cambio.
Unas de las preguntas que puedes hacer para poder ayudar al proceso son: ¿Por qué quieres cambiar? ¿Hay algo que te impida cambiar? ¿Cuáles son las cosas que te pueden ayudar para cambiar?
En esta fase, la persona ya tiene decidido el cambio, se encuentra motivado. Se podría decir que es el momento de la acción, se siente decidida y confiada. Desarrolla un plan y comienza a dar sus pequeños pasos. Es probable que cuente con ayuda de profesionales: psicólogas, entrenadores, nutricionista, médicos, cursos específicos…
Se caracteriza por pequeños cambios y la recopilación de información para propiciar el avance ante su decisión. Las diferentes estrategias utilizadas suelen ser llevar un plan de acción, tomar notas del cambio, hacer una lista motivadora.
En esta fase es probable que ya te hayas apuntado a clase de yoga, hayas pedido la cita con la nutricionista para iniciar la dieta saludable, te hayas apuntado en el gym, asistes alguna clase de apoyo… En definitiva, se trata de cualquier paso inicial que te impulse hacia lo que deseas llegar a ser.
Esta fase va más alla de apuntarse en algo, implica que la persona ha comenzado con su rutina de cambio y comience a experimentar sus esfuerzos. Aunque sean cambios pequeños, comienza a generar hábitos, ampliar su conocimiento sobre el tema y va adquiriendo confianza en sí misma. Todo ello en su conjunto, hace que la persona siga en su empeño.
En esta fase la persona es responsable y toma las riendas. Sustituye las viejas costumbres por hábitos sanos. En definitiva, está implementando su plan de acción de forma constante. No se trata de que no haya problemas para mantenerlo, ni resistencias, sino que se mantiene en su objetivo siendo constante.
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Se produce cuando la persona ha logrado un mínimo de seis meses con un plan de acción sana. Eso significa que la persona se ha mantenido fuerte ante los obstáculos y ha superado cualquier resistencia. Con ello, tiene un mayor nivel de confianza y capacidad para nuevos retos.
En esta fase, las nuevas conductas o hábitos se han convertido en una parte integrada del estilo de vida de la persona y el riesgo de recaída es muy bajo que cuando comenzó en su proceso de cambio.
Esta etapa de terminación se caracteriza con un comportamiento duradero en el tiempo de al menos dos años. En esta fase, el comportamiento está completamente integrado y la tentación de volver a viejas costumbres ha desaparecido completamente. En esta fase, no se trata de hacer para cambiar simplemente se trata de que la persona ya está con ese nuevo habito o conducta.
Hasta que no se llegue a esta fase, es frecuente chocar con obstáculos, resistencias para el cambio. Así que intenta no ser duro contigo mismo y darte cuenta de que las recaídas y las resistencias son parte del proceso. Lo importante es saber en qué fase te encuentras del método para aplicar las estrategias necesarias y poder alcanzar tu objetivo.
Como te habrás dado cuenta, cambiar es algo más que querer, se necesita constancia, compresión, y simplemente mantenerte en hacerlo.
¿Te has planteado cambiar? Cuéntame cómo lo has conseguido y si te has visto reflejado en este proceso de cambio.
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