Es común fíjate en lo que los demás tienen o han logrado, bien sean atributos materiales o físicos, un cuerpo bonito, dinero, un puesto de trabajo, un marido perfecto, una familia, un coche…. Sí, me refiero a sentir esa sensación de que la vida de los demás es perfecta mientras la tuya está llena de fisuras. Pues bien, esa sensación no es otra cosa que una emoción tóxica que se llama envidia.
La palabra envidia viene del latín “invidîa, y consiste en el deseo de obtener algo que posee otra persona y que uno carece. En la religión judío-cristina el concepto de envidia es considerado un pecado capital. El termino capital no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados y rompe con el amor al prójimo.
“La persona envidiosa vive amargada porque no tolera que al otro le vaya bien”
Cuando una persona siente envidia desea lo que el otro tiene y, en consecuencias, piensa mal o intenta destruir a la otra persona. Cuando sientes envidia sientes dolor y rabia porque el otro ha logrado algo que tú no tienes. Muchas personas se pueden morir de envidia y nadie se da cuenta de ello, eso sí, la procesión va por dentro. Aunque generan todo una serie de comentarios dañinos hacia la persona que envidian. Utilizan el sarcasmo o la ironía para molestar a la persona envidiada.
Lo cierto es que la envidia daña la capacidad de gozar, a través de ella se pierde el sentimiento de amar, la ternura y la gratitud. Una persona envidiosa es insaciable, nunca queda satisfecha y siempre encontrará otro en quien centrarse.
No cabe la menor duda de que la envidia es una emoción más y hay que saber qué hacer cuando esta presente en nuestra vida, para ello te propongo algunas recomendaciones:
APRENDE A CONFIAR MÁS EN TI.
Una de las cosas que debes empezar hacer es a conocerte, descubre tus cualidades. Lo fundamental es ser tú mismo en cada momento y en cada cosa que hagas, confía en ti, tienes capacidad para resolver cualquier situación, incluso para cumplir tus sueños, no necesitas compararte con lo demás porque tu referencia de superación no es el éxito ajeno sino tu propia capacidad, tu propia valía. No vivas pendiente de lo que no tienes y valora lo que tienes.
No te autocritiques
¿Cuánto tiempo te dedicas al día para criticarte? ¿Cuántos pensamientos giran entorno a tus defectos? Descubre tu singularidad, lo que te hace ser diferente. Aunque no te lo creas eres único y todos tenemos cosas que nos diferencian. Sé justo contigo. Trabaja tu autoestima
Planifica tus objetivos
No tienes que mejorar lo que otro consiguió sólo tienes que centrarte en tus objetivos, planifica tu día a día, desea alcanzar tu meta, sé realista en tu planificación y compromete contigo mismo. Invierte tu energía en ti mismo.
Reconocer la envidia es un gran paso para tu propio desarrollo personal, a la vez de que te propulsa a explorar tus propios deseos y la posibilidad de alcanzarlos.