Las fobias más comunes

 
YouGov es una empresa británica que desde 2010 se dedica a hacer todo tipo de encuestas y estudios de mercado entre internautas de todo el mundo. Hoy día es considerada como la más fiable de su sector, recientemente ha publicado un estudio sobre las fobias más comunes. Si bien el ámbito de la encuesta se limitó a internautas ingleses, no creo que los resultados difieran mucho de realizarse en España o cualquier otro país de nuestro entorno. Hablamos en concreto de fobias específicas que se define como un miedo desproporcionado y persistente provocado por la presencia o la anticipación de un objeto o situación.
Según el estudio, el miedo más común es el miedo a las alturas denominado Acrofobia. Tanto éste como el que le sigue, el miedo a las serpientes, Ofidiofobia, puede guardar una relación directa con nuestro instinto de supervivencia. Lo mismo podríamos decir de la fobia que se sitúan en cuarto lugar: el miedo a las arañas (Aracnofobia).
En quinto lugar se sitúan los espacios cerrados (Claustrofobia). Quienes la padecen experimentan terribles sensaciones de agobio que no están necesariamente relacionadas con el miedo a la pérdida de libertad, tal como se piensa comúnmente, ya que no sufren esa misma fobia cuando son encerrados en espacios amplios. No obstante, todos entendemos ese miedo, ya que aunque no todos sufrimos claustrofobia, sabemos que la libertad de movimientos constituye un requisito esencial para desenvolvernos por la vida.
La tercera, entre las fobias más comunes, según el citado estudio de YouGov sea el miedo a hablar en público. Ese es un problema con el que me he encontrado en diferentes ocasiones en mi ejercicio profesional y que puede causar graves prejuicios a personas que lo padecen y que por su situación laboral o social se ven obligadas a hablar en público.
El miedo a los ratones, Musofobia, ocupan el sexto lugar, entre las fobias más comunes. Curiosamente las ratas u otros animales similares no se sitúan entre las 13 fobias más habituales, que son las que recoge el informe. Siguen el miedo a las agujas y a volar en avión en los puestos séptimo y octavo. En el noveno lugar se sitúa el miedo a las multitudes. El décimo lo ocupa una fobia llamativa pero más común de lo que nos imaginamos: el miedo a los payasos. Por diferentes motivos, algunas personas pueden verlos como personajes siniestros o potencialmente dañinos.
Los tres últimos puestos, entre las fobias más comunes, los ocupan el miedo a la oscuridad, a la sangre y a los perros. Como vemos, las fobias son tan diversas como las propias personas. Afortunadamente, existen terapias para todas ellas y para muchas otras que sufre mucha gente aunque no se encuentren entre las más comunes. Lo óptimo es tratar de superarlas, ya que suponen un lastre con el que no es necesario convivir, y en algunos casos pueden llegar a crear verdaderos problemas si no se tratan adecuadamente.