Autoestima
MALDITA INSEGURIDAD: CÓMO SUPERARLA
Me comentaba una amiga…
“…La inseguridad me puede… me paso gran parte de mi vida cuestionándome todo: cómo visto, lo que las demás piensan de mí, me cuesta tomar decisiones… ¡Es un calvario!
Antes que nada, concretemos que es normal sentir inseguridad, se puede decir que cuando no se tiene destreza en algún aspecto de nuestra vida es normal que la inseguridad surja, hasta que vayamos adquiriendo las habilidades y comencemos a conseguir la seguridad.
En realidad, sentir inseguridad es la forma que tiene nuestra mente para decirnos que necesitamos aprender y adopta medidas sobre algo con el fin de poder desarrollar el conjunto de conductas que necesitamos para ese momento determinado.
Somos aquello que nos atrevemos ser, si crees en tu capacidad para superar y enfrentar las circunstancias serás lo que deseas. Si confías en tu talento lograrás lo que te propongas.
¿Pero qué ocurre cuando la inseguridad es una constante en nuestra vida? Hasta el punto de que nos limita y que nos condiciona a quedarnos paralizados y bloqueados al no saber qué hacer.
De esto vamos a hablar en este artículo…
La base de la inseguridad es la sensación de no llegar, de no ser lo suficiente. Se alimenta principalmente del miedo: al rechazo y al fracaso.
Por ello, cuando una persona tiene inseguridad muchas áreas de su vida se ven afectadas: el trabajo, las relaciones con el entorno, consigo misma… Incluso puede interferir en rutinas de lo más normal como la elección de una ropa o la toma de decisiones de ir a un restaurante u a otro. Minando de este modo su autoconfianza y su seguridad.
La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) define la inseguridad como multifacética. Ya que implica la sensación general de incertidumbre y duda sobre la valía, habilidades, destrezas y valor como persona. Este impacto negativo de la inseguridad puede ser tanto físico, mental como emocional. Haciendo sentir a la persona con una enorme vulnerabilidad
Aunque pueda parecer fácil, detectar su manifestación es muy diversa. Hay personas que observando su conducta puedes ver claramente que son inseguras. Mientras que otras ocultan sus inseguridades, limitando las relaciones con el entorno para evitar exponerse al juicio de los demás o a la realización de alguna tarea.
Cuando evitas se puede sentir cierto alivio en la realización de una tarea o al no relacionarse con el entorno aunque sea momentáneamente, ya que evitar sólo hace aumentar más los grados de inseguridad.
Básicamente, los ingredientes fundamentales de la inseguridad son la falta de confianza y la baja autoestima.
La inseguridad sabotea la esencia de la persona de ser quien realmente quieres ser.
La inseguridad es un problema que puede afectar a cualquier persona independiente de su género y edad. La persona que tiene inseguridad puede sentir sentimientos como ira, vergüenza, culpa, tristeza, ansiedad e indecisión. que son una constante llegando a paralizar la vida de quienes padecen inseguridad.
Las personas con inseguridad pueden tener cambios drásticos en las relaciones, tener periodos grandes de insatisfacción personal, mostrarse indecisa, estar cuestionándose cualquier acción que haga y pensar que no pueden resistir la adversidad…
Entre las más notables se encuentran estas diez características:
1.- A la persona le cuesta tomar decisiones.
2.- Es demasiada crítica consigo misma.
3.- Baja autoestima marcada por un autoboicot constante.
4.- Mostrarse con un elevado sentido de sí mismo como una forma de ocultar sus verdaderos sentimientos de inseguridad.
5.- Tendencia a la perfección.
6.- Evita situaciones sociales y le gusta estar sola.
7.- Necesitan reconocimiento de sus logros y virtudes
8.- Altos niveles de ansiedad, miedo intensos y estrés.
9.- Pensar que no puede hacer frente a situaciones sin ayuda de nadie. Tiene dudas sobre su valía
Aunque pueda parecerte que no es posible, la inseguridad se puede combatir mediante diferentes técnicas psicológicas y de estilos de vida.
Hay pasos esenciales para trabajar la inseguridad:
1.- Reconocer el papel de la inseguridad en tu vida: cómo se manifiesta y qué la sustenta personalmente en ti.
2.- Evaluar completamente la fuente de inseguridad.
3.- Expresar aquello en lo que te sientes insegura y saber pedir ayuda.
4.- Comenzar a valorarte en su conjunto.
5. – Trabajar en tu autoestima poco a poco, estableciendo metas cortas.
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A menudo, cuando la inseguridad es duradera en el tiempo y no se debe a una cuestión puntual, pueden verse afectadas diferentes áreas de la vida de la persona: dentro de la pareja, en las relaciones con las personas del entorno, con su imagen corporal, con el mundo laboral e incluso con rutinas básicas del día a día. Y en estas áreas también puede verse afectada el autoestima.
En una relación sana, ambas partes necesitan sentirse amados, respetados y seguros. Cuando un miembro de la pareja tiene inseguridad su comportamiento es ambivalente: quiere a su pareja, le gusta, pero no confía en ella o en él.
Tiende a comportarse de manera controladora, celosa, cuestiona constantemente el amor o interés que tiene la otra persona e incluso puede estar debatiéndose en sí es la persona indicada o no.
Con ello, la persona está centrada más en su miedo a perder la relación que en construir o en disfrutar de la pareja.
Está vinculada con la falta de confianza a la hora de relacionarnos. Con frecuencia aparece en problemas de ansiedad social. Es decir, un miedo excesivo a ciertas situaciones sociales en donde, la persona pueda sentirse juzgada o cuestionada. A la persona, le preocupa que los demás la juzguen o piensen mal o que se avergüencen de ella.
Algunas de las características pueden ser:
Se produce cuando la persona suele tener una visión poco equilibrada de sus características corporales y le dedica mucho tiempo y energía a preocuparse por su apariencia. Siendo frecuente que la persona únicamente se fija en aquel aspecto o parte de su cuerpo que no le agradan: nariz, oreja, dientes, ojos, pelo, cadena… generando pensamientos negativos en torno a ello.
En definitiva, la inseguridad es una experiencia que nos puede pasar a todos en momentos puntuales, aunque no todas las personas la experimentan de la misma forma. Si consideras que tu inseguridad te condiciona tu vida y quieres superarla, no dudes en pedir ayuda.
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