Crecimiento personal
Hoy
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Hoy

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Nadie nos hubiera dicho a finales de 2019 la que se nos vendría encima en unos pocos meses. Nos felicitábamos el año nuevo con el mismo protocolo automático de siempre. Con ese deseo vehemente de ver a nuestros seres queridos, de abrazarnos a los demás y desearles lo mejor con esa impulsividad y desbordamiento emocional que algunos reclamamos más a diario, no solamente en fechas señaladas. Y el resto del año ¿cuántas veces te dicen te quiero?, ¿cuantas veces se acuerdan de tí? ¿y tú de los otros? Parece que estaba programado cuando tocaba decir “te deseo felicidad a ti y a los tuyos” 25 de diciembre, “te amo, eres el amor de mi vida”, 14 de febrero, “eres el mejor padre del mundo”, 19 de marzo, y así podríamos seguir.

Muchos debían de pensar que el mundo lo crearon para su uso exclusivo. Los deberes parecían cosas de otros. Mi patria era el mundo. El mañana era la obsolescencia de la tablet y la muerte la pérdida de cobertura del móvil.

Si que habían personas solidarias, Claro que sí. El mundo no es blanco o negro. Son tonalidades, todos tenemos tonalidades, va por días, semanas … ¡este ha sido un año fatídico!… Algunas personas son más brillantes que otras, huimos de la gente tóxica, pero tampoco debemos olvidar que son seres humanos y que necesitan ayuda. Algunos se preguntaban a dónde iba esta sociedad, individualista, materialista. Veíamos la fotografía social más oscura cada día.

Hoy el virus nos ha aislado, pero paradójicamente nos ha unido más, lo percibo. Nos está enseñando una lección que espero que aprendamos y perdure. Valoraremos más en esta sociedad materialista lo que no cuesta dinero, decir te quiero, te echo de menos, un abrazo, un paseo por la calle, un rato sentado en un banco sintiendo el sol y el viento correr, pisar la arena, el subidón al tirarnos de cabeza al agua fría y salada del mar. Volveremos a hacer cosas que antes  no valorábamos, pero esta vez espero que si les demos importancia, y las hagamos con amor y pasión por la vida.

Hoy, es la esperanza que de algo muy malo, con muchas pérdidas irreparables, salga algo muy bueno. Que seamos más conscientes de lo que es y no es la vida. Que nos alejemos del barro  o de la bestia para ser más humanos y que la fotografía de nuestra sociedad sea más brillante de lo que era antes.

Es por eso que quiero y debo ser optimista, que pienso y quiero creer en:

“Hoy”

Antes de esta crisis el hombre se creía seguro, poderoso, dueño de derechos inviolables. Era individualista, materialista, orgulloso e incluso hasta soberbio.

Hoy toma consciencia de su vulnerabilidad, de su pequeñez, de lo efímera que es su vida.

Pero hoy, también vislumbro que el hombre reestructura sus creencias, afloran pensamientos nuevos que nos gritan desde los balcones, que nos chillan desde la solidaridad, que nos rugen que todos juntos somos más fuertes.

Me gustaría creer que está crisis ha parido un hombre nuevo y que se ha llevado para siempre al otro. Que ahora la excepción es la mezquindad, la ruindad, el egoísmo y la insolidaridad. Me gustaría gritar desde mi balcón:

¡Larga vida al hombre nuevo!

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Paula Cañeque - Psicóloga Clínica
Paula Cañeque-Psicóloga
Ayudar a las personas en su proceso de verse a sí mismo desde la calma y serenidad es mi máxima prioridad. Poder brindar de las herramientas de apoyo necesario para que las personas puedan navegar por sus emociones y pensamientos de una forma sana. Enfrentarse a sus inseguridad y miedos para brillas por sí mismos
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