HERIDAS EMOCIONALES
“Hoy, después de descubrir mis capas de armadura a nivel personal, comprendo lo importante que es
rescatar al verdadero yo
que permaneció atrapado en una personalidad herida y en espera de expresarse”
Las heridas emocionales son patrones que tienen su origen en nuestra infancia y nos acompañan el resto de nuestra vida sin apenas darnos cuenta. Son patrones autodestructivos y que luchan por sobrevivir.
Empiezan en edades muy tempranas y están determinadas por como han sido nuestras relaciones con las figuras de apego (nuestros padres), cómo nos han tratado y lo que nos han transmitido.
Lo curioso de las heridas emocionales es que determinan nuestra etapa adulta cómo pensamos, sentimos, actuamos, cómo nos relacionamos con en entorno y en el mundo de la pareja.
Es cuando a pesar de tenerlo todo “no sientes que estés bien”, o
“Cuando tienes una sensación de insatisfacción constante”
… Las personas con heridas emocionales experimentan emociones intensas como pueden ser arrebatos de ira, de tristeza y de ansiedad e incluso cuando todo parece que está bien.
Se podría decir que las heridas emocionales son el caldo de cultivo de creencias limitantes que abren la puerta a comportamientos rígidos y bloqueadores favoreciendo el sufrimiento e insatisfacción.
¿Cómo puedo saber si tengo heridas emocionales?
Si bien es cierto que las personas desarrollan un punto ciego para reconocer sus heridas emocionales, la realidad es que se pueden detectar fácilmente al observar las dificultades que experimentan con frecuencia en su vida y en especial en la relación con los otros.
Aquí tienes algunas preguntas que te pueden orientar:
Sí No
1. ¿Te atraen las relaciones con personas que son frías contigo?
2. ¿Sientes que las personas próximas no se ocupan de ti o no te entienden lo suficiente?
3. ¿Tienes la sensación de que hay algo malo en tu interior que no funciona bien?
4. ¿Antepones las necesidades de los demás a las tuyas de modo que desconoces cuáles son tus auténticas necesidades?
5. ¿A pesar de tener éxito en tu vida y reconocimiento, todavía te sientes infeliz y con insatis-facción?
6. ¿Te das cuenta de que te aferras a las personas más cercanas porque tienes miedo que te dejen?
7. ¿Te preocupa que las personas que quieres encuentren a alguien mejor y te abandonen?
8. ¿Desconfías con mucha facilidad y sueles estar pendientes de los motivos ocultos que tienen las personas?
9. ¿Sientes que no puedes bajar la guardia y algo malo va a pasar en cualquier momento?
10. ¿Sueles darle muchas vueltas a la idea de que tu familia o tú se queden sin dinero?
11. ¿No has tenido a nadie que te cuide, con quien compartir o que realmente se preocupe por ti? (Te has hecho a ti mismo)
12. ¿Has crecido sin que tus padres te ayudarán en tus necesidades emocionales de compresión, empatía, consejo y apoyo?
13. ¿Te suelen decir que le dedicas mucho tiempo a los demás olvidándote de ti?
14. ¿Sueles ser una persona que lo das todo, buscas la excelencia en todo lo que haces? (Te gusta ser el numero uno)
15. ¿Te pasas la mayor parte de tu tiempo haciendo cosas, tienes poco espacio para el relax, tienes tantas obligaciones que no te permites relajarte y divertirte?
Si has contestado a cinco preguntas de forma afirmativa es muy probable que tengas una herida emocional. Es esencial que acudas a un psicólogo que te pueda ayudar a gestionarla.
¿Cuál es el origen de las heridas emocionales?
Las heridas emocionales se producen en nuestros primeros años de vida. Son el resultado de vivencias del entorno y del tipo de relación con nuestros padres o cuidadores.
Es esencial, comprender que para que un niño o niña crezca sanamente y se convierta en el hombre o la mujer segura y emocionalmente sana, debe tener ciertas necesidades primordiales cubiertas como son sentir la seguridad básica, la relación con los demás, autonomía, autoestima, autoexpresión libre y límites realistas.
Si estas necesidades se satisfacen el niño o la niña crecen psicológicamente sanos, pero…
Cuando hay un déficit aparecen las heridas emocionales.
Además, las heridas emocionales generan patrones de pensamientos y de conductas que se originan en la infancia y que nos permiten adaptarnos a la familia de forma adecuada, pero se repiten a lo largo de nuestra vida, ya que nos resultan familiares y cómodas. Eso sí, muchas veces estos patrones nos perjudican en la edad adulta, ya que no nos sirven en absoluto.
Las heridas emocionales más frecuentes son:
la herida de abandono, de rechazo, de humillación, de traición e injusticia. Aunque existen otras de igual importancia.
Qué consecuencias psicológicas
tienen heridas emocionales?
Cada herida tiene diferentes formas de manifestarse afectando a la manera de pensar, sentir y actuar de la persona. Entre ellas:
Ejemplos de entornos que favorecen la creación
de heridas emocionales
Cada herida tiene diferentes formas de manifestarse afectando a la manera de pensar, sentir y actuar de la persona. Entre ellas:
Tus padres han sido negligentes contigo.
Uno de tus padres tenía una actitud pasiva contigo.
Tus padres fueron distantes emocionalmente y te exigían mucho.
Tus padres eran perfeccionistas y buscaban siempre la excelencia. Tenías que hacer las cosas como ellos decían en todo momento.
Por mucho que hicieras siempre has tenido la sensación de que para tus padres no eras suficiente.
Tus padres te criticaban. Las cosas que hacías nunca estaban bien hechas.
Creciste en una familia donde no había límites.
En el colegio te rechazaban o te sentías que no encajabas con el grupo.
Uno de tus padres tenía miedos y te advertía diciéndote todos los posibles peligros.
Tus padres han sido sobreprotectores contigo.
Tus padres les costaba relacionarse con otras personas
Tus padres discutían mucho y siempre estabas en medio.
Uno de tus padres era alcohólico o consumía algún tipo de droga.
Uno de sus padres estaba enfermo, física o mentalmente.
Tus padres estaban ausentes o no prestaba atención a tus necesidades y te hacías cargo de cosas que no corres-pondía a tu edad.
Nos toca a todos
Todos de una forma u otra, hemos crecido con heridas emocionales que se han producido en nuestra infancia. No depende del amor que puedan sentir nuestros padres por nosotros. La mayor parte de las veces nuestros padres son “niños adultos con sus propias heridas que van repitiendo con nosotros”.
Si te sientes identificada/o y comienzas a darte cuenta de que tienes heridas emocionales te podemos ayudar a superarlas y transfórmalas en una cicatriz que no te haga daño.
Transformar el recuerdo
de una herida en una cicatriz, ser consciente de que está, pero ya no te hace daño.
Transformar el resentimiento,
el enfado y la ira en
un perdón liberador
Transformar el recuerdo triste en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
Transformar el recuerdo de las críticas en una afirmación
interior de amor propio.
Transformar los errores y fracasos en una situación de aprendizaje.
Transformar el recuerdo de
lo que me hicieron sufrir en lo que yo decido hacer ahora.
Transformar los miedos en valor para enfrentar los retos de la vida.
Soy Paula, tu psicóloga,
quiero ayudarte
Escríbeme el tema que te preocupa
y me pondré en contacto contigo lo antes posible: