“Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, crecerá toda su vida creyendo que es inútil”
Albert Einstein
En este contexto, cabe señalar cómo las expectativas y creencias externas puede influenciar significativamente en los resultados.
Te has preguntado en algún momento ¿De qué modo nuestros comportamientos pueden verse alterados a partir de las presunciones de los demás?
¿Las expectativas de los demás no favorecen o nos limitan? ¿Cuántas veces nos rendimos o no intentamos por falta confianza y seguridad?
Estas cuestiones nos pueden surgir en algún momento de nuestra día a día (consciente o inconscientemente), y tiene mucho que ver con la influencia que las personas de nuestro entorno tiene sobre nosotros.
Y aunque pueda sorprendernos, aquello que esperan los demás sobre nosotros, puede desencadenar un conjunto de acciones que van más allá de nuestra imaginación.
Hay un principio, desde el ámbito de ls psicología y pedagogía conocido como Efecto Pigmalión que lo explica muy bien el poder de las expectativas.
Si quieres conocer más detalle, te invito a que leas hasta el final.
¿Qué es el Efecto Pigmalión?
También conocido como efecto Rosenthal, y de gran importancia en la psicología social, el Efecto Pigmalión está basado en cómo las expectativas y creencias de una persona, puede influir significativamente sobre los resultados de otra persona.
El Efecto Pigmalión fue descubierto por Robert Rosenthal en un estudio en 1964. Y tiene el nombre en honor a la escultura mitológica griega Pigmalión.
¿Quién fue Pigmalión en la mitología griega?
Pigmalión es una figura de la mitología de Chipre, reconocido en la metamorfosis de Ovidio, una obra en la que presenta a Pigmalión como un escultor enamorado de una estatua que había hecho él mismo. Fue tal, la devoción que tenía por la estatua que los dioses le dieron vida para que él se casara. Sus expectativas ayudaron a darle vida a la estatua, lo que encaja con el efecto Pigmalión. En definitiva, nuestras expectativas tienen el poder de cambiar la realidad.
¿Cómo surge el efecto Pigmalión?
La esencia de esta historia nos transmite el cumplimiento de las expectativas (altas o bajas) y cómo pueden influir en la conducta de los demás y de nosotros mismos. Esto fue una expectativa y creencia que acabó cumpliéndose.
Robert Rosenthal verificó su hipótesis de que las expectativas modifican la realidad, provocando una profecía autocumplida.
Esto viene a decir que todos los pensamientos predictivos que las personas poseen en algún momento dado ¡se convierten en realidad!
El experimento consistió en informar al grupo de profesores qué evaluará la capacidad intelectual de sus alumnos, indicando posteriormente que aquellos que tendrían los mejores resultados tendrían además los mejores rendimiento. Al finalizar el curso escolar, ¡así fue!.
El estudio demostró el poder de las expectativas. En este caso, las altas expectativas de los profesores creadas hacia los alumnos, condicionaron su comportamiento y provocaron buenos resultados académicos.
¿Cómo funciona el Efecto Pigmalión?
Según Rosenthal, el Efecto Pigmalión funciona como una profecía autocumplida. Funciona básicamente de forma circular:
1.- Las creencias y expectativas de las personas afectan sus acciones hacia los demás.
2.- Esas acciones impactan en las creencias y expectativas que otras personas tienen sobre sí mismo.
3.- Luego esas creencias repercuten en el desempeño de los demás.
4.- Se crean la sensación de valía que se proyecta en la propia conducta.
El efecto Pigmalión y su efecto transformador
El efecto Pigmalión es capaz de transformar a las personas, incentivándolos a mejorar sus capacidades intelectuales, expectativas e incluso su autoestima, siendo capaces de resolver problemas relacionados con su formación profesional, amorosa y todo lo relacionado con su vida cotidiana.
De tales cambios o motivaciones dependerá el éxito de cada persona en la vida. Es que gran parte de las personas, sobre todo los jóvenes, no visualizan su futuro con la importancia que debería tener.
Para que esto ocurra, debe existir una transformación en los hábitos cotidianos y es allí donde el efecto Pigmalión puede ser clave para todos.
El Efecto Pigmalión y el poder de las expectativas
En la investigación de Rosenthal y Jacobson en 1968, a partir de alumnos elegidos al azar, demostró como las expectativas positivas y negativas de los profesores afectaron en el rendimiento de los alumnos
¿Cómo esto fue posible? De acuerdo con Rosenthal, estos factores se deben a el clima emocional (lenguaje no verbal) dirigido a los alumnos, un mayor esfuerzo y exigencia del profesor, la elevada confianza en los alumnos y los mayores elogios.
Pero, ¿puede aplicarse este efecto a cualquier tipo de entorno? De acuerdo con el estudio realizado por Susan H. McLeod, comenta que el escenario del “Efecto Pigmalión” es dado en cualquier escenario social. Por ejemplo, cuando los adultos educamos a nuestros hijos, o en el entorno social o empresarial.
Ejemplos del efecto Pigmalión
En la empresa
En un meta análisis reliazado por Kierein y Gold (2000), se observaron expectativas positivas de los directivos hacia subordinados y cómo estas mejoraron el desempeño.
Además, al ser establecidas expectativas negativas, se comprobó que los empleados disminuyeron la autoestima y rendimiento.
En casa
Nuestra la capacidad de influencia hacia otras personas, es una técnica sociológica que debemos tener en consideración.
Principalmente, en el proceso de crianza de los niños, porque de modo directo e indirectamente se reflejan en los adultos.
Probablemente, ya habrás oído la frase que los niños son como esponjas que absorben todo. Por eso, una presión exagerada que genere el padre o madre a los hijos, puede generar un efecto reverso y no comportarse conforme nuestras expectativas.
Un ejemplo para la educación de los hijos, sería emplear frases como “eres mi orgullo”, “tienes mi apoyo”, entre otras.
Evidentemente, el efecto Pigmalión positivo juega un papel fundamental para los educadores y líderes, ya que mejora el rendimiento y bienestar de las personas en su alrededor.
El impacto del efecto Pigmalión en la autoestima
Con base a todo lo descrito, esta terminología en la psicología se refiere a la importancia de las expectativas propias o las que tienen los demás sobre uno mismo, sobre todo en la conducta y el rendimiento, lo que influirá directamente en la autoestima y la motivación.
La autoestima es un proceso reflexivo que es creado por fuerzas sociales y culturales, y tiene fases que implican un desarrollo personal progresivo.
Cada una de estas etapas aporta sentimientos, impresiones y razonamientos, que se relacionan con los pensamientos de otros o los nuestros.
Schunk, Pintrich y Meece indican: “la autoestima es una reacción afectiva y un juicio general de la valía persona, que implica sentir confianza y orgullo de uno mismo como persona.
Esto se relaciona con la confianza en la capacidad de pensar y enfrentarse a los desafíos básicos de la vida. Si las personas se evalúan de modo positivo a sí mismas, ¡estas tendrán una autoestima muy alta!
Por lo tanto, la influencia que ejerce el efecto Pigmalión, nos permite direccionarnos hacia el éxito o fracaso en la vida.
Todo ello recae en los diversos factores externos o las personas que nos influencian. Por ejemplo, los niños toman como referencias a sus familiares y es crucial para su desarrollo proporcionar una perspectiva alta y positiva. Si no sabes direccionar esta metodología, puedes conseguir justo lo contrario.
En este ámbito, hay factores que determinan la autoestima, siendo estos intrínsecos (pensamientos y conductas), o extrínsecos (forma verbal positiva o negativa de otras personas).
Por lo tanto, debemos ser conscientes del efecto que queremos proporcionar y controlar los comportamientos negativos.
Es que es válido tener mucha confianza en el potencial de las personas o de uno mismo, establecer metas altas pero realistas, instaurar un trato amable y respetuoso.
¿Cómo utilizar el Efecto Pigmalión?
Como te habrás dado cuenta el Efecto Pigmalión se extiende más allá del entorno tradicional de aula. Se extiende en el mundo empresarial, en la educación de nuestros hijos. Es por ello que es crucial saber de la importancia de este efecto.
Aquí te dejo algunas indicaciones para que te ayuden:
Sé consciente de las expectativas.
El efecto Pigmalión se produce cuando nuestras expectativas afectan a los demás así como nuestro comportamiento hacia ellos. Si reconocemos nuestras expectativas, podemos adaptar nuestros pensamientos y acciones.
Es importante darse cuenta cuándo tenemos expectativas diferentes. Si lo hacemos, el solo hecho de ser conscientes puede ayudarnos a evitar acciones negativas de manera proactiva. En lugar de detectar debilidades en las personas, podemos mirar los aspectos positivos y su potencial.
Identifica rasgos positivos
Todas las personas tenemos nuestros aspectos positivos. A veces podemos tener pocas expectativas para los demás y no hay forma de evitarlo. Ya sea un amigo o un colega o cualquier persona. Pueden parecernos completamente incompetentes. Es por ello que puede resultar difícil esperar mucho de ello lo que a su vez puede influir en nuestras acciones.
Si identificamos algunos aspectos o rasgos positivos, es posible que podamos elevar las expectativas con lo que no estaremos influyendo en el otro.
Crea desafíos
Cuando logramos una meta, sentimos una sensación de logro. En esos momentos la persona puede desarrollar un sentido de empoderamiento para alcanzar futuras metas. Si proponemos nuevos desafíos, no solo pueden superar sus propias expectativas sino también las de ellos.
si establecemos tareas que creemos que pueden estar por encima de nuestras expectativas sobre ellos y les animamos a que puedan hacerlo, lo pondrán todo. Cuando se esperan grandes expectativas, a menudo hacemos todo lo posible para cumplirlas.
Utiliza un lenguaje positivo
El impacto de nuestras palabras es fundamental, menospreciar la capacidad de una persona no ayuda a incentivar tu potencial. Decir cosas del tipo “No estoy segura que puedas hacer esto” o “¿Te siente capacitado para ello?” limitan y no fomenta la acción sino más bien la inseguridad. Estas frases enfatizan la falta de confianza y la baja expectativas.
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Cuando felicitamos e identificamos las fortalezas que ha demostrado generamos expectativas positivas que les ayudan a proyectarse de forma eficiente. Además, puede influir en nuestras propias acciones y trato.
Llegados hasta aquí, es importante que cada día puedas dedicar un tiempo a observar hasta qué punto tus expectativas puede afectar al entorno y a la inversa.
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