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DEPRESIÓN

“Cualquier persona que viva de espalda a sí misma, se deprimirá antes o después”

La depresión es hoy en día uno de los problemas de salud más frecuente y cuya importancia ha ido en aumento.
Su vertiginosa progresión en nuestros días es preocupante, 1 de cada 6 personas sufrirá depresión.

 Es considerada la segunda causa de incapacidad a nivel mundial.
Y es que, las personas que la sufren se encuentran abatidas y sin capacidad de reacción.

La depresión es mucho más que estar triste.

¿En qué consiste la depresión?

Etimológicamente, depresión tiene su origen en el latín depressu que significa abatido. La depresión está dentro de los Trastornos del Estado de Ánimo cuya característica principal es una alteración del humor.

Afecta a nuestra forma de pensar y de concebir la realidad. El síntoma característico es la tristeza profunda con un bajo estado de ánimo sin razón aparente, aunque cuando la depresión es crónica en el tiempo las personas sienten una desconexión de sus emociones.

Coloquialmente, se suele denominar a la depresión como “la enfermedad del alma”, ya que la persona se convierte en esclava de la desesperanza. Hay una teoría de la depresión por desesperanza que surge tras los trabajos de Allon y Lyn Abramson

¿Qué síntomas tiene la depresión?

La mayor parte del día te sientes abatida/o.

Te interesas menos en las cosas que haces, has perdido ilusión con actividades que ante te gustaban.

Te sientes fatigada/o o casada/o la mayor parte del día.

Te apetece dormir todo el rato o te cuesta conciliar el sueño.

Piensas en el sentido de la vida “Y para qué…”

Te ronda la idea del suicidio o de hacerte daño a ti misma/o.

Has perdido concentración en las cosas que haces. Estás teniendo perdida de memoria.

Te sientes indecisa/o

Estás comiendo más de lo normal o todo lo contrario.

Te responsabilizas de todo y tienes sentimientos de culpa excesiva.

Eres muy autocrítica contigo y los pensamientos negativos te invaden.

Te encuentras nerviosa con la sensación de incapacidad de quedarte quieta/o

Te cuesta hablar o moverte.

Es un trastorno que presenta una serie de alteraciones conductuales, cognitivas, emocionales, motivacionales y somáticas.

La manifestación de la depresión varía de una persona a otras.
Algunas personas tienen un episodio de depresión y se recuperan mientras otras tienen más de un episodio a lo largo de su vida. Existen dos períodos críticos, entre los 35 y los 45 años y a partir de los 60 años.

Afecta a nuestra forma de pensar, sentir y actuar.

Cómo suele pensar
una persona
con depresión

> Piensa que no vale nada.
> Piensa que la vida no tiene sentido.
> Piensa que las cosas nunca van a mejorar.
> Reflexionan sobre los errores del pasado.
> Magnifica los fallos del día a día.
> Tiene pensamientos de todo o nada.
> Se pasa gran parte del día rumiando
   (preocupada/o) sobre lo que le ocurre.
> La queja es constante.

Cómo suele sentirse
una persona
con depresión

> Tristeza.
> Inquieta o agitada.
> Un sentimiento de vació y bloqueo.
> Sentimiento de soledad e incomprensión.
> Entumecida.
> Fatigada.
> Desesperanzada.
> Apatía.
> Anhedonia.
> Culpa.
> Autodesprecio.
> Sensación de fracaso.
> Vergüenza.
> Irritabilidad.
> Baja autoestima.

 

Cómo suele actuar
una persona
con depresión

> Deja de hacer cosas que antes le gustaba.
> Se tiende aislar.
> Come más o menos de lo normal.
> Siente pocas ganas de hacer cosas, se nota lenta.
> Le cuesta tomar decisiones.
> Duerme mal o mucho.
> Se pasa gran parte del día quejándose.
> Comienza a tener poca actividad física.
> No tiene relaciones sexuales.

La amplitud y gravedad de los síntomas varían
de una persona a otra y a lo largo del tiempo.

 

Te podemos ayudar

Si te sientes identificada y quieres comenzar a recuperarte
puedes contar con nosotros.
La base de la Tomar consciencia de querer un cambio es esencial.

¿Qué causa la depresión?

No hay un único factor que ocasiona la depresión.

Dada la complejidad del trastorno puede estar determinada por varias causas. Se podría decir que la depresión es el resultado de la combinación de factores genéticos, bioquímicos, ambientales y psicológicos. Es muy importante comprender los síntomas de la depresión.

Acontecimientos vitales
y estresantes que desencadenan la depresión

Estos pueden incluir pérdidas como, por ejemplo: la pérdida de un ser querido, final de una relación, ser despida/o de tu puesto de trabajo, mudarse, tener un bebé, una enfermedad crónica o cualquier otro evento significativo, traumático y estresante.

Acontecimientos vitales
y estresantes que desencadenan la depresión

Tener un patrón de pensamiento automático de forma negativa, culparse a sí mismo o descartar los logros.

Experiencias tempranas que
lo hicieran vulnerable
a la depresión

Estos pueden incluir pobreza
y privación en edades tempranas, abuso, negligencia, intimidación.
Malas relaciones, vivir con un entorno familiar con carencias emocionales y tener que lidiar
con dificultades

El género 

Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de deprimirse. Las razones son varias, el estilo de vida exigente y
los cambios hormonales
son algunas de las causas.

Factores genéticos

Tener una historia familiar de depresión aumenta el riesgo.
Se cree que la depresión es un rasgo complejo que puede estar influenciado por diferentes genes.

Abuso de sustancias

La padecen el 30% de las personas con problemas de abuso
de sustancias incluido el alcohol.

La persistencia del dolor crónico

Cuando el dolor persiste durante semanas o meses de denomina “crónico”. Este puede alterar el sueño,
la capacidad de la persona en mantener una rutina con la actividad física, con las relaciones, así como verse afectada la productividad del trabajo. 

¿Cómo afecta la depresión a las personas?

La depresión es considerada como una de las enfermedades más incapacitante. Y aunque cada persona tiene una forma de experimentarla, puede verse afectada por:

Bajo rendimiento:

Si hay algo que cuesta a las personas con depresión es que la vida se les hace cuesta arriba, se sienten pesadas y hacer la tarea más sencilla puede suponer todo un reto. Así que se podría decir que el rendimiento o
la productividad se ven seriamente afectadas.

Conflictos con el entorno:

la persona comienza a tener una actitud suspicaz ante sus relaciones. Tiene tendencia a sospechar o a ver malas intenciones en lo que dicen o hacen los demás provocando discusiones, mostrando
irritabilidad e impulsividad. 

Aislamiento social:

comienzan a no tener un sentido, las reuniones con los amigos o familiares. Se sienten incapaz
de afrontar el día a día. Le resultan incomodo
hablar o relacionarse.

Somatización

alteraciones en el sueño, disminución del deseo sexual,
molestias físicas: dolores musculares, cefaleas, migrañas), estreñimiento, perdida de memoria, alopecia, eczemas…

Soy Paula, tu psicóloga,
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