No te extrañes. No eres un caso aislado. Todos hemos vivido alguna vez situaciones de estrés, tristeza y ansiedad tras las que han aparecido los pensamientos negativos. Y es que hay momentos en los que una experiencia adversa hace que sintamos malestar, que nos ahoguemos y que incluso pensemos que no hay salida alguna para nuestra lamentable situación.
Es entonces cuando los pensamientos negativos aparecen para atormentarnos de una manera que a veces no somos capaces de controlar. Reaccionar ante este tipo de adversidades no es del todo fácil, pero hoy intentaremos que aprendas a convertir en conductas positivas ese pesimismo que más de una vez te invade y domina. Estas cinco sencillas formas te ayudarán a vencerlo:
Aprende a buscar recursos que te ayuden a relajarte.
Ante una situación de tensión o ansiedad es imprescindible aprender a calmarse y a relajar nuestro cuerpo. Trata de practicar una buena respiración, tomar algo de líquido (agua preferiblemente), ver alguna película de humor e incluso llamar algún amigo o amiga para distraerte y desahogarte.
Sé agradecido y enfrenta tu realidad.
En lugar de darle la oportunidad a tu mente de controlar tus emociones (de frustración, desesperación, desesperanza, miedo irracional, etc.) en un momento dado y ayudar a convertirlas en pensamientos negativos, medita sobre todas esas cosas por las que has de estar agradecido. Enfrenta tu realidad y acéptala. Fue frustrante, sí, pero no olvides que es pasajera y que, como mismo vino, se va. ¿Vas a permitir que un solo momento puntual tenga el poder de dominar todo un día, mes, año… de tu vida?
Ponte en el peor de los casos.
Es posible que sientas que esa experiencia es lo más desagradable que te ha pasado en la vida, pero concéntrate un segundo y reflexiónalo; de seguro podría haber sido mucho peor e incluso, estoy segura que has podido superar otras situaciones más difíciles y complicadas.
A veces, los arboles no nos dejan ver el bosque.
Cambia los pensamientos negativos por los positivos.
En vez de otorgarle importancia al pesimismo que crees que te está haciendo la vida imposible, empieza a razonar, recapacita, ¿no hay un montón de buenos tiempos que recordar? Entonces, ¿a qué esperas para dedicarles todos los minutos que merecen?
Busca recursos que te hagan feliz.
La distracción en estos casos puede serte de gran ayuda. Es un momento ideal para empezar a hacer lo que te gusta, te satisface y te hace feliz; además, te ayudará a distraerte y cambiar la perspectiva negativa por conductas positivas.
Santiago Ramón y Cajal decía que “todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Somos nosotros quienes tenemos la capacidad de cambiar nuestra reacción frente a situaciones desesperadas.
Y tú, ¿te has propuesto cambiar la tuya