Porque sentir dolor forma parte de la vida:
“Falleció mi marido hace unos cuantos años y, desde entonces, no he vuelto a recuperar la sonrisa. Todavía hoy lo tengo muy presente y aún me duele sentirlo ausente. Me cuesta aceptar que ya no está y que voy a tener que vivir sólo con su recuerdo por el resto de mis días”.
El duelo tras la pérdida de una pareja, familiar o amigo es un proceso de adaptación por el que, de una forma u otra, pasa toda persona en algún momento de su vida.
El duelo Abarca un amplio abanico de sentimientos y conductas que son absolutamente normales como pueden ser:
- Suele aparecer alguna forma de malestar somático o corporal: vacío en el estomago, opresión en el pecho, sensación de despersonalización, falta de aire o de aliento, debilidad muscular…
- Preocupación por la imagen del fallecido.
- La culpa o remordimiento suele versar sobre ideas como “no haber sido lo suficiente para la persona, no haberlo llevado antes al hospital, por no haber sido más cariñoso, o por no haber estado más tiempo con él”. Normalmente la culpa se manifiesta por algún suceso que pasó previo a la muerte.
- Confusión, algo así como tener la sensación de que no pueden ordenar sus pensamientos, les cuesta concentrarse.
- Alucinaciones: son frecuentes las alucinaciones visuales y auditivas. Son experiencias ilusorias pasajeras que se dan durante las semanas posteriores a la perdida, suelen desconcertar a las personas aunque muchas las encuentran positivas.
- Dificultades para conciliar el sueño o bien despertarse de madrugada sobre todo en las primeras fases de la pérdida.
- Con frecuencia las personas que ha sufrido una pérdida quieren aislarse de los demás incluso puede producirse un retraimiento social que supone una pérdida de interés por el mundo que se puede plasmar en no leer periódicos o en dejar de ver la televisión.
- La tristeza es el sentimiento más común, no precisa mucho comentario. Normalmente se expresa con llanto aunque lo característico de esta tristeza es su intensidad. Es frecuente oír “durante el funeral me he venido abajo”.
El duelo es un proceso que suele tardar, en asimilarse y en superarse, pero debemos entender que el dolor es inevitable. En algún momento de nuestra vida cada uno de nosotros se enfrenta a la perdida de un ser querido y el dolor es el ingrediente principal. Unas veces el periodo de tiempo en el que sentimos la tristeza, la melancolía y la añoranza asociadas a este proceso es más prolongado y otras, más breve. El dolor forma parte de la vida y por tanto es imposible evitarlo. Incluso es sano sentirlo en el duelo. Ahora bien, podemos aprender a SUPERARLO.
Cuando el dolor está presente.
Son muchas las causas por las que podemos llegar a sentir dolor, pero de todas ellas, hay una que suele afectar a nuestras emociones hasta dejarnos especialmente desolados. Sobrellevar la pérdida de un ser querido puede ser en muchos casos el mayor reto al que podamos enfrentarnos nunca.
Pero esta no es la única circunstancia que puede resultarnos dolorosa. Tomar distancia con alguien muy cercano, un enfado con alguien a quien tenemos cariño, el hecho de sufrir una grave enfermedad… son también motivos más que suficientes como para sentirnos apenados.
Todos actuamos de manera diferente frente a cada situación. Así, mientras muchos de nosotros nos ponemos una coraza con la que tratar de aparentar que todo está bien cuando en realidad estamos destrozados, otros muchos se muestran sensible, triste y presentan un aspecto triste y decaído.
La forma de reaccionar ante la ausencia de un ser querido depende de cada uno y cada expresión de dolor es respetada, pero no debes olvidar que aunque el dolor no desaparezca por completo, sí que se puede aliviar.
Cómo superar un proceso de duelo:
- Tómate tu tiempo de asimilación. El proceso de duelo pasa por diferentes fases: negación o aislamiento, ira, negociación con la realidad, depresión y aceptación. Asumir la pérdida tal vez te cueste un tiempo, pero es necesario que pases por estas etapas para que termines de aceptar la ausencia.
- Busca apoyo, rodéate de gente. Explica a tus amigos, familia, pareja cómo te sientes; aunque prefieras estar solo en esos momentos, trata de hacer un esfuerzo.
- Trata de cuidarte. Que sientas dolor no implica que tengas que dejar de preocuparte por tu salud. Los horarios, rutinas, hábitos y costumbres son buenos aliados.
- Toma conciencia de tus límites y permítete un descanso. No conviertas el dolor en un sufrimiento rutinario. Trata de hacer cosas placenteras.
- Recuerda a la persona. No te olvides de ella, fue una parte importante de tu vida y deberá seguir siéndolo en tus recuerdos. Olvidar no facilita seguir adelante, hay que asumir que se ha ido y que se debe seguir adelante.
Es importante comprender que un elemento fundamental para que se pueda superar el duelo es el tiempo, hay que aceptar que no se supera de la noche a la mañana, y que además hay distintas formas de manifestar el dolor por la pérdida.
Se consciente de todo esto y no abandones a la persona que sigues siendo, por ti, para los demás y para aquellos que ya no están.